miércoles, 1 de abril de 2015

Nuevos comienzos

La mayoría de las personas le teme a los cambios, le aterroriza lo que es nuevo, es por eso que actúa de determinada manera, como cuando somos niños, si alguien nos gusta lo peleamos (no digo que todos los casos se reflejen en este ejemplo), al menos la mayoría, pasa exactamente lo mismo con los cambios, genera una bipolaridad de emociones y generalmente hombre y mujeres, niñas y niños actuamos contrariamente a lo que sentimos.

Los cambios desde mi punto de vista son geniales, por que nos dan a entender o que hemos avanzado y debemos seguir creciendo o que en retrospectiva debemos mejorar y pulir aquellos aspectos en los que no profundizamos cuando tuvimos oportunidad.

Cosas como conocer gente nueva, es algo que por un lado me energiza mucho, aunque la verdad es, que la mayor parte del tiempo lucho contra esa parte de mi que considera que la gente es poco interesante o bastante estúpida.

Esto no es porque no tengan los mismos gustos que yo o intereses sino que porque son mas del montón...pero entonces plafff! chocas con personas que mueven tus estanterías de libros viejos y polvorientos, te despiertan de un largo sueño y caes en la cuenta de que quizá si exista gente interesante dentro de la manada de gente idiotizada y promedio.

Creo que la razón de que exista tanta gente promedio proviene de la adolescencia, los adolescentes pasamos por etapas duras, donde tratamos de encajar con esa sociedad de hormonas con piernas y creo que en esa etapa de la vida que todo se intensifica hace de nosotros seres débiles y poco capaces, generando que perdamos la unanimidad para convertirnos en seres que van en grupos, con los mismos gustos, las mismas diferencias y formas de pensar, para cuando llegamos a la edad adulta somos mas de lo mismo por el hecho de que esa etapa tan tensa y desesperante nos debilito y nos volvió uno mas del montón.

Por suerte puedo decir que aunque viví esa etapa en el camino a la adultez hice una bifurcación en el camino, por alguna extraña razón doble y tome un camino diferente y recupere mi personalidad como la había dejado antes de entrar en la adolescencia.

La cuestión es que, cuando pasas años sin ninguna esperanza en que llegue alguien a tu vida que te resulte interesante, divertido, ocurrente, resulta que descubrís que estabas equivocada.

Me gusta estar equivocada!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario